Abuso sexual mediante prevalimiento

En esta modalidad de abuso sexual el consentimiento que presta el sujeto pasivo mayor de edad ha sido viciado intencionalmente por el sujeto activo, que se sirve de una situación de superioridad manifiesta, determinada por una posición de jerarquía social de aquel, de la que se aprovecha conscientemente.

El prevalimiento tiene como fundamento agravatorio el abuso de superioridad que en el plano moral tiene una persona que pone a su servicio una condición o cualidad que instrumentaliza en su beneficio particular con finalidad delictiva para cohibir la resistencia de la víctima.

No se limita su aplicación a los abusos sobre personas menores de edad y hay muchas situaciones en las que puede darse una relación de superioridad socio-personal.

Sirve de ejemplo el supuesto recientemente enjuiciado por el Tribunal Supremo (TS), que ha confirmado la pena de 9 años de prisión impuesta a un varón por el delito de abuso sexual continuado prevaliéndose de la relación de cercanía con la víctima, a cuenta de su posición de mando en el organigrama de una asociación privada de corte religioso.  La víctima sentía una admiración especial por él, habiéndose convertido en su auténtico padre y su mejor amigo, circunstancia que aprovechó el condenado para satisfacer sus deseos sexuales.

No obstante, el TS entiende que no se ha podido acreditar la existencia de  técnicas de adoctrinamiento basadas en la persuasión coercitiva enfocada a la anulación de la personalidad de sus miembros por parte del acusado para conseguir determinados fines, que también fue objeto de análisis en el juicio.